De nuevo en Gradefes
Aprovechando el puente de la comunidad hemos vuelto a Gradefes de convivencia. Esta vez hay cinco chicos, casi todos de primero de ESO. Llegamos el sábado por la mañana con ganas de jugar. Enseguida cada uno se acopla a lo suyo. Varios acaban jugando a pádel, mientras otros exploran el entorno.
Tras una suculenta comida, un rato de descanso y una hora de estudio. A los chicos se les hace difícil estudiar una hora en silencio, pero es una de las condiciones para venir a la convivencia. Después del estudio volvemos al pádel o al béisbol. El bate es un palo improvisado, pero acaba haciendo furor.
Ya por la tarde nos vamos caminando hasta los campos deportivos del pueblo al lado del río. Allí encontramos a algunos chicos jugando a fútbol. Nos sumamos y jugamos un partido emocionante contra ellos. Entre los rivales hay jugadores con mucha experiencia: Wally, el pequeño maestro; el Rubio, con un tiro contundente. A medio partido se les añade Noful, que tiene un control del balón impresionante.
El partido se alarga hasta que no queda luz para ver. Quedamos que al día siguiente volveremos para seguir jugando. Regresamos ya de noche cerrada a casa. Ahora toca preparar la cena. Tras recuperar fuerzas rezamos el rosario al calor de la chimenea. Después vienen las emocionantes historias de Houston y Charly. A todo esto ya es muy tarde. Ahora hay que demostrar que no hay miedo. Houston ha escondido un pequeño tesoro fuera de la casa. Todos se animan a ir a buscarlo en la oscuridad….. pero todos juntos.
Después nos vamos hasta las ruinas de un monasterio para seguir probando la valentía. Houston hace algún experimento memorable. Regresamos realmente tarde. Enseguida a dormir.
Por la mañana, a pesar de levantarnos bastante tarde, cuesta desperezarse. Preparamos un buen desayuno, un poco de deporte y enseguida se nos hace hora de ir a misa. El sacerdote es muy amable con nosotros. Al final de la misa nos explica la interesante historia de San Adriano, un centurión romano que fue martirizado sin estar bautizado, al que está dedicada la iglesia.
Lo siguiente fue regresar a las pistas deportivas para encontrarnos de nuevo con los compañeros del día anterior y continuar con el fútbol. Nosotros no tenemos prisa, así que acabamos cuando los contrincantes se retiran a la hora de comer. Marcos sufre un pequeño percance en la muñeca al parar un fuerte tiro a puerta.
Después de la comida los chicos, ya bastante cansados se ponen a jugar al Monopoly. La partida se alarga, pero hay que sacar otra hora de estudio antes de regresar a casa. Cuesta ponerles a trabajar, pero hay exámenes a la vista y hay que prepararse.
Tras la última hora de estudio recogemos todo y regresamos a casa con cierto retraso. Incluso alguno se perdió el partido de la Cultural. Desde luego en Gradefes disfrutamos y aprovechamos bien el tiempo. ¿Regresaremos en mayo?